Najib Al Hashem, un joven musulmán que en su último año de universidad conoce a Andro , un chico que le hará a conocer el amor más allá de las tradiciones y creencias con las que creció. Les invito a vivir una historia cuyo punto principal es la lucha de estos dos jovenes adultos por alcanzar la felicidad que según ellos está escrita para ellos

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sábado, enero 29

Capítulo 34: Unidos por siempre

    El verdadero amor se modifica con el tiempo, crece y descubre nuevas maneras de expresarse...     Paulo Coelho


    

       María Pia Sabage, la madre de Ricardo, observaba atentamente como su hijo acariciaba con ternura el rostro de su novio y éste a la vez le sonreía con adoración. Aquello le parecía irreal... ver a su hijo entregando su corazón le hacía sentir que ella había cumplido con su misión terrenal. Su mirada se dirigió a las carpetas que tenía sobre la mesa... Siendo psicóloga muchas veces se llevaba trabajo a casa y ese día no era la excepción. La fuerte carcajada que salió de la boca de su hijo, le hizo mirar nuevamente a la joven pareja. En ese momento Pablo arremangó las mangas de su camisa para poder tocar el agua de la fuente... y el tiempo se detuvo para ella al detectar las cicatrices en las muñecas del novio de su hijo. Accidentalmente, dejó caer la pluma de su mano y ésta fue a dar al frío suelo de cerámica produciendo un fuerte ruido que hizo eco en la galeria. Los jóvenes al sentirlo miraron en su dirección y el joven Zalaquet al ver que los ojos de la mujer estaban dirigidos hacia sus muñecas, hizo el intento de cubrirlas. Ricardo al percatarse de la situación, tomó las manos de su novio y besó ambas cicatrices con tanto amor que su madre se sintió conmovida y para evitar mas incomodidades a la pareja tomó los expedientes y abandonó la galería.
Después de la cena, Ricardo se reunió con su madre en la biblioteca ya que durante la comida, la mujer se lo sugirió.

•Tenemos que hablar hijo - la mujer aseveró seriamente
•No creo que haya mucho de que hablar mamá - contestó el joven sin amedrentarse
•Solo quiero saber una cosa Ricky - el joven sonrió ante el diminutivo cariñoso que empleó su madre ya que no lo escuchaba desde que era un adolescente - ¿Estás seguro de que estás enamorado de Pablo? ¿realmente lo amas?
•¿Que te ha hecho dudar de mi amor por Pablo mamá? ¿Porqué todo esto?
•Soy psicóloga hijo y las cicatrices que esta tarde vi en las muñecas de tu novio...
•¡No mamá! No me vengas con esas. Si Pablo no ha sido de tu agrado , dímelo directamente y nos vamos inmediatamente... pero no uses sus cicatrices para...
•Es maníaco depresivo - aquella aseveración de la mujer hizo que el joven guardara silencio
•¿Qué?
•Es maníaco depresivo o bipolar... sus cicatrices lo dicen...
•No puede ser mamá... lo de sus cicatrices fue algo circunstancial... él está bien...
•Por ahora - dijo la mujer - y eso es lo que más temo.
•Pero...
•Ahora Pablo se ve bien, ya que está en su estado de manía... apuesto que en casa es totalmente activo y no puede parar de hacer cosas - la mujer miró a su hijo y él confirmó sus palabras con un asentimiento de cabeza - pero esos períodos no duran mucho hijo y eso es lo que temo. Tu sueles ser muy cruel cuando algo se sale de tus reglas y temo que si ustedes dos lleguen a tener un problema, desencadenes la etapa de depresión y esas cicatrices no sean lo único con lo que tengas que lidiar.
•No mamá. Pablo me prometió que no volvería a atentar contra su vida.
•¿Y la auto flagelación hijo? ¿te olvidas de eso?... Pablo sentirá dolor y tratará de sacarlo por algún lado... se auto castigará...
•¡No mamá! No sigas con eso...
•Entonces tendrás que ser muy paciente hijo... porque yo no quiero ver a ese hermoso novio tuyo con otras marcas en su cuerpo.
     La mujer abandonó la biblioteca dejando a su acongojado hijo en medio de la habitación con la mirada perdida imaginándose al amor de su vida en medio de un nuevo intento de suicidio.
     Minutos después, Ricardo rodeaba con sus brazos a su novio que se encontraba observando como Aquiles, la mascota de la casa, era entrenado por Fernando.

•Te amo, nunca tengas dudas de eso - el joven Gidi afirmó al oído de su novio y luego besó su cuello.
•Yo también amor - respondió el rubio - te amo más que a mi vida...
    Aquella última frases dicha por Pablo, hizo que el miedo se asentara dentro de Ricardo y se prometió que el haría todo por ayudar a su novio a mantener su estado emocional estable.
    Su teléfono móvil comenzó a sonar y el lo buscó de entre los bolsillos de la chaqueta que vestía y contestó la llamada. Era Najib avisándoles de su decisión de contraer matrimonio en Canadá y los invitaba a presenciar el acontecimientos como testigos.

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    Najib hablaba por teléfono mientras que Andro lo observaba embelezado... No lo podía creer en pocos días tendría en sus manos un documento oficial que atestiguaría que estaba legalmente casado con otro hombre. Pensó en su abuelo y lamentó que no estuviera vivo para presenciar el instante en que diera el sí definitivo.
    Se levantó para acercarse al computador... sentía curiosidad por lo que Najib estaba haciendo... Las imágenes del hotel Sheraton Centre de Toronto bailaron ante sus ojos una tras otra... ahi supo que era lo que tenía a su hombre tan ocupado.
    Najib por su parte, estaba reservando las habitaciones que necesitarían... Sólo serían cuatro ya que Ricardo no podría asistir... tenía un juicio en puerta. Sutilmente, preguntó al recepcionista sobre celebraciones de bodas gay y se sorprendió cuando el hombre le informó que el hotel prestaba ese servicio... El árabe decidió contratar el paquete que se le ofrecía y apuntó los papeles que debía presentar para los trámites de la licencia. Mientras hablaba, miró de reojo hacia su rubio y sonrió al ver lo interesado que éste estaba leyendo las características del hotel donde se hospedarían...

•¿Te gustó mi elección? - preguntó el árabe abrazando el esbelto cuerpo de su rubio, momentos después de terminar la llamada.
•No está nada mal - contestó Andro - cuatro estrellas, me sorprendiste... aunque...
•¿Qué?
•Me hubiera conformado con algo más sencillo - respondió el menor.
•Es nuestra boda y quiero darte lo mejor que esté a mi alcance habib... hubiera querido que fuera es un hotel de cinco estrellas, pero no estaba seguro que en alguno de ellos podríamos celebrar la boda... así que me fui a lo más seguro... Además, tienes que entender... es la primera vez que me caso...
•Y espero que sea la última Najib... porque no pienso ser un hombre separado o divorciado...
•Oh, mi amor, no seas tan inseguro... este matrimonio es para siempre... ¿No te das cuenta que ya no podría respirar sin tí? Inta hayati (eres mi vida)
•mmm está bien - dijo el rubio haciendo un puchero - ahora vístete que tenemos que ir a visitar a tu mamá...
•Está bien... tu ganas, pero no te acostumbres habib... aquí el que manda soy yo, no lo olvides...
•mmm ya se me puso serio.
•Vamos caminando habib... si no salimos pronto me veré en la obligación de darte una lección en el dormitorio - contraatacó el árabe bromeando...
•Promesas...
•Si mi madre no nos estuviera esperando... esa promesa se cumpliría... ahora vé al elevador y espérame ahí mientras aseguro la puerta.
     El joven obedeció sonriendo y luego bajaron al estacionamiento del edificio donde abordaron el BMW de Najib, para dirigirse a visitar a la madre del árabe... sería la última visita antes de que ella partiera hacia Iquique, en el primer vuelo del día siguiente...

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•¿Seguro que no puedes conseguir una prórroga para ese juicio oral? - preguntó Pablo a su pareja - lo ideal sería que vinieras con nosotros...
•Es imposible cariño... ya se cumplió el tiempo de investigación y si el ministerio público no lo extendió significa que ha encontrado pruebas en contra de mi cliente...
•Me hubiera gustado tanto estar presente... es tu primer juicio penal en el tribunal oral...
•Ya habrá otros amor... ahora la prioridad es que Andro y Najib se sientan acompañados en su boda.
•Está bien... - respondió el rubio mientras terminaba de guardar las pertenencias que había llevado a casa de Ricardo para pasar el fin de semana.
      El moreno observó a su pareja detenidamente mientras que éste empacaba canturreando suavemente una canción que salía desde el reproductor y moviendo las caderas cadenciosamente... Pablo se había convertido en su mundo y él sin querer se estaba convirtiendo poco a poco en un hombre desconocido... ahora era totalmente dominante y posesivo con respecto al rubio y aquello le asustaba. Imaginar a Pablo en brazos de otro hombre hacía que dentro de él brotaran ese instinto asesino que jamás soñó tener. Si de él dependiera, su pareja no iría a ese viaje... pero su mejor amigo se lo había pedido y tuvo que ceder... pero se prometió que después que volviera, las cosas cambiarían... Pablo no iría a ninguna parte si no iba con él... no se iba a arriesgar a que algún galán de cuarta se lo arrebatara.

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     El avión donde viajaba la familia del joven árabe acababa de despegar ante los ojos de la pareja que observó el despegue a través de uno de los ventanales del terminal aéreo. Andro se abrazó al cuerpo de Najib para confortarlo ya que sabía que su futuro esposo se sentía acongojado ante la incertidumbre de saber que talvez, no podría ver a su madre por un largo tiempo y su pareja agradeció el gesto correspondiendo el abrazo.

•Ojalá tu padre no te aleje de ella - opinó el rubio mirándolo a los ojos - aunque si lo hiciera, personalmente iría a raptarla para traerla junto a tí... no me gusta ver tus lindos ojos negros llenos de tristeza.
Najib sonrió y acarició su rostro con ternura.
•Cada día que pasa me convenzo más de que hice la mejor elección de mi vida... el tenerte junto a mi en este momento amortigua el dolor que siento al ver partir a mi mamá... shukran por todo Andro... gracias por haberme elegido como el destinatario de tu amor.
•No tienes que agradecerme nada Najib, yo soy el afortunado de que me aceptaras, aún en contra de todas tus tradiciones... yo debería agra...
•Shhh - el árabe cerró los labios de su amado con un dedo para impedirle seguir hablando - no habib, lo que dices está demás... eres lo mejor que me ha pasado y agradezco a Allah por haberte enviado a mejorar mi vida... aashagek, ya Andro. Enta koll shai eli (Te adoro Andro, lo eres todo para mí) - el moreno tradujo al oído del joven croata aquella frase con un tono de voz cargado de pasión.
•Yo también te adoro ¿lo sabes cierto? - preguntó Andro mirando a los ojos al joven musulmán - ¿sabes que yo haría cualquier cosa por tí? ¿sabes ques estoy dispuesto a aceptar cualquier cosa con tal de que tu seas feliz?
•¿Qué quieres decir con cualquier cosa? - preguntó el moreno arrugando el ceño
•A que si tu padre no acepta...
•Sobre eso... - el árabe con un gesto de exasperación repentino, se llevó ambas manos a la cabeza como para contenerse y no explotar - vamos al estacionamiento mejor y continuemos esta conversación dentro del auto - de forma posesiva, tomó la mano del rubio y lo guió a paso rápido a través del aeropuerto, sin preocuparse de la reacción que la gente tenía al ver a dos apuestos hombres caminar tomados de la mano. Una vez dentro del automóvil y sin perder ese gesto ceñudo que se había instalado en su rostro momentos antes, procedió a encarar a su novio.
•Una vez te dije que nunca viviría una doble vida solo por el hecho de complacer los deseos de mi padre Andro y no quiero que esa idea se instale en tu cabeza nuevamente...
•Pero, debes ponerte en todos los casos Najib
•No hay peros que valgan Andro... tu serás el único con el que me casaré aún sabiendo que... -hizo una pausa - aún sabiendo que mi papá pueda sugerirme que tome a Aisha como segunda esposa...
•¿¡Qué?!
•Conozco a mi padre habib... sé que recurrirá a todos los medios que tenga a su alcance para ver que ese matrimonio se lleve a efecto y el tomar una segunda esposa entre mi gente es normal, es más... podemos tomar hasta cuatro esposas si nos es posible mantenerlas a todas... pero yo quiero estar solamente contigo hobbi... así que olvida todas esas dudas tontas que tengas dentro de tu linda cabeza y procura solamente hacerme el hombre más feliz de la tierra.
•Pero...
•Ya tomé una decisión Andro, ya sabes que es unánime - declaró de forma dominante el árabe
•Si amor - respondió sumisamente el rubio con la mejillas ruborizadas a causa de la excitación que se apoderó de su cuerpo ante el tono dominante de su pareja.
•Ahora habib quiero que al llegar al departamento, ordenes nuestras maletas mientras yo hago los últimos preparativos para salir esta misma noche con rumbo a Canadá.
•Como desees amor - el rubio volvió a responder en el mismo tono - ¿algo más?
•Acércate y bésame habib... no sabes como me pones cuando me obedeces de esa manera... - mientras se besaban la mente del árabe sin poder concentrarse comenzó a divagar para encontrar una respuesta a aquella reacción y cuando por fin dió con la respuesta no evitó comentarla con su pareja - ¿te das cuenta que nos hemos vuelto como Ricardo y Pablo?
•No amor... no nos hemos vuelto, siempre lo hemos sido - respondió Andro - Tú eres dominante y yo sumiso por naturaleza... Tu eres activo y yo pasivo... Tu ordenas y yo obedezco... Tú proteges y yo quiero ser protegido... es como somos amor... nos complementamos y para mí eso es perfecto - agregó con tono lujurioso y la mirada encendida de pasión.
     Najib sonrió y deseó que en ese momento no estuvieran en el estacionamiento del aeropuerto... eran muchas las ganas que tenía de hacerle el amor a su rubio así que encendió el motor del BMW y silenciosamente salió del lugar para dirigirse a la ciudad.
•Si te portas bien y esas maletas están ordenadas en tiempo record... cuando te sientes en el avión tendrás que usar un cojín, porque tu trasero estará adolorido de tanto hacer el amor.
     El rubor que cubrió la pálida piel del rubio agradó al árabe... a pesar de todo ese tiempo juntos Andro aún tenía las reacciones de una virginal doncella y eso le fascinaba, porque sabía que sería el único hombre que tocaría el cuerpo del joven croata... un cuerpo que el joven había conservado virgen solo para él.
•Yo...
•¿Tu qué amor?
•Me gustaría que me hicieras el amor en este mismo momento Najib... en cualquier lugar, Con sólo darme órdenes me pones a full y mira - el joven descubrió el frente de sus pantalones - está tan duro que me duele - reconoció avergonzado.
•Espera un poco más habib... ya estamos por llegar...
     Pero Andro desobedeciendo y atreviéndose a ir un poco más allá, bajó la cremallera y abrió el botón del pantalón para dejar emerger su rosado glande que goteaba espesas gotas de presemem.
•¡Bismillah! No hagas eso Andro, no aquí... no quiero que exhibas tu cuerpo en público de esa forma...
•Pero es que...
•¡Obedece habib! Tu cuerpo es solo mío y yo soy el único que puede mirarlo así que cúbrete, ¡es una orden!
     El rubio obedeciendo sumisamente guardó su pene dentro de sus pantalones y guardó silencio durante el resto del camino sumido en una excitación que lo estaba llevando casi a la locura. Una vez que llegaron al estacionamiento del complejo de departamentos donde vivían... Najib detuvo el motor y bajó rápidamente del auto, lo rodeó y le abrió la puerta a Andro como siempre acostumbraba. El rubio descendió en silencio y luego ambos se dirigieron hacia el elevador... Andro rogaba porque estuviera vacío, necesitaba sentir los besos del árabe sobre su piel. Desafortunadamente, tuvo que esperar... no porque el ascensor estuviera ocupado, sino porque su pareja había adivinado sus deseos y no lo tocó... fue un castigo silencioso e imperceptible, pero que a Andro encendió aún más.
Una vez dentro del departamento Najib habló...
•Desnúdate y te quiero en cuatro pies sobre la alfombra en este mismo momento.
      Andro obedeció inmediatamente sin percatarse de que a su vez el árabe hacía lo mismo que él. En tiempo record el rubio ya estaba sobre la alfombra y Najib observó como la excitación había ruborizado la piel de Andro y que éste temblaba por la lujuria que había invadido sus sentidos.
     La primera nalgada llegó de improvido y el croata gimió ante el picor que esta produjo y que poco se fue convirtiendo en algo más.
•Nunca más harás lo que hiciste allá afuera ¿entendido? - el árabe dejó caer una segunda nalgada dejando su mano marcada en la blanca piel. - tu cuerpo es sólo mío... si hubieras sido mujer tendrías que usar un velo sobre tu cabeza, pero eres un hombre, mi hombre... así que te prohibo exhibir tu cuerpo de esa manera, enta melki (eres mio) - recalcó en árabe.
•Nunca más haré eso Najib, te lo prometo - una tercera nalgada lo interrumpió - Mmmm Oh, sí.
     La visión de las nalgas enrojecidas del rubio excitó aún más al árabe y sin poder contenerse, las separó y se inclinó para lubricar con su lengua la fruncida entrada. Una exclamación de Andro llamando a la madre del profeta cristiano lo encendió más y se propuso hacer los preliminares más cortos por esta vez.
    Andro recibió el pene de Najib dentro de su ser con gozo y lo manifestó con un pequeño grito de satisfacción... aquello lo estaba llevando a los límites de su cordura... el árabe salía y entraba con gran potencia y él sentía que no podría más del placer... sintió el familiar cosquilleo en su vientre, ese que precedía al orgasmo hasta que explotó de tal forma, que se desmayó justo después que sintió a Najib inundar su entrañas.
    El árabe al percatarse de lo silencioso y quieto que estaba su pareja se preocupó... deslizó su pene desde el interior de Andro y procedió a darle vuelta, pero el rubio no reaccionó. Alarmado, lo tomó en sus brazos y lo llevó hacia el dormitorio donde lo acostó. Luego fue al baño a mojar una toalla y volvió para pasarla por la frente y el rostro de su amor... temía haberse extralimitado con él y se recriminó por haber prodigado aquellas nalgadas a su pareja.
Andro reaccionó lentamente y Najib agradeció a Allah por eso.
•Me asustante tanto habib ¿Que pasó? ¿Te lastimé mucho? - preguntó el moreno acongojado.
•¿Lastimarme?... Najib... Esto estuvo genial... deberíamos repetirlo otra vez, eso de las nalgadas fue algo demasiado bueno... solo podría describirlo con una palabra WOW.
•¿Tanto así? Yo no sé que decir - el árabe se sentía confundido ante lo ocurrido - Discúlpame, no volveré a tratarte de esas forma - Najib estaba impacto ante lo que había hecho, él no era un abusador y no quería comenzar a serlo...
•Tranquilo Najib, no tiene de malo variar en los juegos eróticos...
•¿Juegos eróticos? Habib, me convertí en un energúmeno sediento de sangre...
•No exageres amor, a mi me gustó y es más... pienso hacerte enojar en el futuro para que de vez en cuando me des un par de nalgadas - bromeó el rubio.
•Pervertido...
•Ambos lo somos amor... solo debes aceptar que te gustó hacerlo... Ahora ven aquí y hazme cariñitos en mis pompis amor mio.
•Lo haría con gusto habib, pero debes hacer el equipaje, mientras yo me dedico a los últimos detalles sobre la boda - el árabe besó a su pareja en la frente y se dirigió al baño a asearse - empaca solo lo necesario Andro, quiero llevarte de compras en Toronto...
•Sus deseos son órdenes, mi amo - respondió el croata desde el dormitorio bromeando.
     Najib sonrió, se miró al espejo y se permitió aceptar aunque sea un poco aquella parte de su naturaleza... esa parte que disfrutaba de darle nalgadas a su futuro esposo.

                                                           ***************
      Najib se sentía toda una estrella de Hollywood al planear un matrimonio tan apresurado, pero con la diferencia de que él si pretendía que su unión superase la luna de miel. No tenía ni idea a quien le correspondería el oficio de enlazarlo para siempre con Andro pero no le importaba ya que estaba seguro que su amor ya estaba bendecido por Allah sin importar que el rito fuera precedido por un Imam, un sacerdote, un pastor, un rabino, un monje budista o un loco vestido de Elvis Presley, aunque esta ultima opción prefería obviarla por completo.
      Duró más de tres hora intentando conseguir boletos para esa misma noche recibiendo negativas de todas las aerolíneas a las que llamaba. Finalmente, cuando ya casi estaba apunto de pensar que era más fácil lograr que la cámara de diputados aprobara las uniones gay en Chile que conseguir un puesto de avión, recibió una llamada de la primera agencia de vuelos con la que se había comunicado y la voz cantarina de una mujer al otro lado de la bocina le informó que un pasajero había cancelado sus tickets por un contratiempo domestico y que él y toda su familia dejaban siete cupos disponibles en el vuelo AK - 549 que salía a las siete de la mañana del día siguiente.
- Alhamdulillah- Exclamó Nalib feliz y en ese momento Andro que salía del dormitorio lo encontró con una sonrisa de oreja a oreja en la sala.
- ¿Pasa algo mi amor? - Preguntó acercándose al que en pocas horas sería su esposo.
Najib se paró y no pudo evitar tomarlo en brazos y besarlo con ansias.
- He conseguido vuelo para nosotros y para Max y Pablo. Ya sabes ellos deben venir porque serán nuestros testigos.
•¿Cómo lo conseguiste? - Le preguntó Andro cuando se recupero del fogoso beso con los ojos brillantes de júbilo.
•Un pobre hombre ha sufrido un impase y sus cupos quedaron disponibles. No es que me alegre del infortunio de otros habib pero por Allah que no lo lamento.
•Entonces mañana a esta hora... - Andro no pudo terminar la frase de la emoción
•Si habib - Dijo Najib abrazándolo fuerte contra su pecho - Mañana serás mío para siempre y yo seré tuyo hasta que deje de respirar.
•Ya soy tuyo Najib, desde el primer momento en que te vi fui tuyo - Declaró Andro y fue esta vez el rubio quien inicio un beso cálido y suave a la luz de las lámparas de la sala y una luna tan nueva como lo serían pronto sus vidas.
      Por desgracia conseguir los tickets no fue ni él único ni el mayor impase que tuvieron que sufrir los novios antes de lograr darse el sí definitivo. El vuelo como cosa rara se retrasó cerca de dos horas por precipitaciones en el atlántico que habían mantenido cerrado el aeropuerto internacional de Miami en horas de la mañana y retenido a casi dos mil personas que planeaban viajar temprano con destino a varios puntos de Sudamérica. Najib consultó su reloj de pulsera evidentemente disgustado por la demora, a su lado Andro, Max y Pablo no estaban de mejor humor y menos cuando la recepcionista de la aerolínea no encontraba sus nombres registrados.
•¿Llegaran solo hasta Miami? - Preguntó la mujer de delgadez insana mientras tecleaba sin parar en su computadora y ni siquiera miraba a sus clientes.
Najib suspiró hondo para no perder la poca paciencia que milagrosamente aun le quedaba.
•Ya le he dicho tres veces que no - Susurró para que no se le notara la ofuscación al hablar - Haremos escala en Miami pero nuestro verdadero destino es Toronto.
•Entiendo - Dijo la mujer aunque era evidente que eso era lo que menos hacía - Déjeme revisar.
     Pasaron otros quince minutos hasta que la recepcionista confirmó los tickets y los viajeros registraron sus maletas. Por fin pudieron embarcar cuando faltaban casi dos horas para el medio día. Si todo salía como lo tenían planeado estarían arribando a Canadá justo al alba del día siguiente después de su obligada escala en Miami donde esperaban que no se presentara ningún imprevisto como los recién sorteados.
     Durante el tiempo que pasaron en la sala de espera Najib y Andro revisaron que la documentación que necesitaban para la boda estuviera completa y así fue. Los certificados de nacimiento, los documentos de identidad, las declaraciones juramentadas del estado civil actual estaban a la mano y por ultimo los testigos que confirmarían su unión ante la sociedad Canadiense estaban sentados a tres bancas de ellos.
•Esta listo. Ahora solo falta que no te me vayas a arrepentir a última hora habib - Bromeó Najib guardando los papeles en una carpeta que llevaba en un bolso de mano.
•¿Arrepentirme? - Le sonrió Andro con picardía y luego le susurró al oído - No puedo arrepentirme de legalizar ese acto que tan gratamente disfruto contigo todas las noches. Aunque yo por ti viviría en pecado de por vida.
     Najib no pudo resistirse y sin importarle estar en público lo besó con premura. Si ya había sido expulsado de la mezquita y pronto su padre se enteraría de su unión que importaba que los desconocidos lo vieran expresar su amor sin reparos.
     Al separarse de los labios de Andro, Najib pensó en su padre. ¿Tendría para él validez el certificado de matrimonio? ¿Lo tomaría como una mala broma?
      Se escuchó el llamado de abordaje y Andro se paró seguido de un pensativo Najib que se carcomía la cabeza meditando sobre la actitud que tomaría su padre al verle casado con otro hombre. Por Allah que si su padre no se infartaba, mínimo le ocasionaba una ulcera sangrante o se exponía a su resentimiento para siempre. Casi que podía verle con una mirada llena de censura mientras le quitaba el apellido y lo consideraba ajeno a su estirpe. Su padre era un hombre muy apegado a las tradiciones y al Corán y el acto que estaba a punto de cometer era considerado un de los peores haram según el libro sagrado y por ende según su padre.
- ¿Estas bien? - Preguntó Andro a su futuro esposo al verle tan pensativo.
       Najib lo miró y en la profundidad de esos ojos azules, en esa transparencia que traslucía tanto amor, encontró la respuesta que buscaba. No renunciaría a sus creencias, no traicionaría a Allah pero no viviría en una mentira. Su familia era su vida pero ahora Andro sería también un miembro más de los Al Hashem.
      Con el sonido de las potentes turbinas que lo elevarían junto con su más grande sueño Najib vio por última vez el cielo de Chile como un hombre soltero. Cuando volviera sería el esposo de Andro Mihovilovic, un hombre que como él que solo soñaba con amar sin censura, un alma que el destino había decidido unir a él por medio del sentimiento más extraño y fuerte que pudiera existir. Solo esperaba que algún día su padre iluminado por el Dios que le dejó conocer a su futuro esposo lo pudiera ver así. En ese momento no se podía imaginar lo profético que resultaría ese pensamiento ni menos el calvario que precedería a esto.
      Pablo compartió asiento con Max durante el vuelo hasta Miami en el que harían una pequeña escala de media hora. El rubio estaba feliz que sus amigos por fin estuvieran a un paso del altar. Unos meses atrás jamás hubiera imaginado que sería testigo del matrimonio del hombre que con tanto ahínco acosaba, pero ahora él era otro. Su amor por Ricardo le había trasformado en una persona con anhelos renovados, muy lejana a ese ser destructivo que soliera ser.
•Vaya al fin se les hizo a ese par ¿No? - Comentó Max mientras se acomodaba en su asiento y sacaba un libro que finalmente no leyó porque todo el viaje se mantuvo hablando con Pablo.
•Si - Sonrió el rubio de forma sincera - Lo merecen, han pasado por muchas dificultades y se han mantenido.
Max asintió.
•Es verdad y también espero que esta sea la primera pero no la única boda que se celebre en nuestro circulo de amigos - Dijo haciendo sonrojar a Pablo.
•¿Lo dices por Ricardo y yo?
•Puede ser - Le sonrió divertido de haberlo turbado - La verdad aunque al principio tuve recelos en cuanto a tu relación con Ricardo pienso que ambos se han hecho mucho bien.
•Mas él a mi que yo a él - Dijo Pablo con un poco de tristeza recordando su pasado.
•No - Replicó Max - Yo creo que al mismo nivel. Ricardo no se tomaba nada en serio hasta que te conoció. No se que le habrá sucedido antes pero para él todo era ligue y sexo sin compromiso como si aun tuviera diecisiete.
•Yo lo amo mucho. Pero a veces todo esto me parece un sueño. Es demasiado bueno.
•No te estropees tu mismo con esos temores - Le aconsejó Max - Se que amas a Ricardo y puedo dar fe de que mi amigo te ama como nunca a amado a nadie. No lo lastimes Pablo o te volveré a enderezar esa nariz con otro golpe.
Pablo bajó la cabeza sintiéndose muy avergonzado.
•No te sientas mal - Le pidió Max dulcemente - Se que has cambiado. Además no lo digo solo por ti. En caso de que sea el tonto de Ricardo el que te lastime, créeme Pablo que se las verá conmigo, porque a pesar de haber empezado con el pie izquierdo ahora te considero un muy buen amigo y todo un ejemplo a seguir.
     Pablo sintió que se le hacía un nudo en la garganta y no pudo evitar darle a Max un fuerte abrazo de agradecimiento.
- Si, se que soy encantador - Bromeó el moreno cuando Pablo se disculpó por su impulso y ambos se rieron a carcajadas mientras el avión montaba vuelo.
      En total fueron cerca de diecisiete horas de vuelo, un vuelo que se hacía más latoso con cada escala. Casi a la media noche llegaron a Miami en un viaje que se caracterizó por la turbulencia y un aterrizaje dificultoso por la humedad de la pista. Por fortuna no tuvieron que descender del avión ya que en esa escala solo desembarcaron quince de los trescientos pasajeros dejando que el avión ascendiera de nuevo sin retrasos hasta la ciudad de Ottawa.
     La pacifica capital canadiense no suscitó problemas en el tiempo a pesar de que allí si tuvieron que cambiar de avión a uno mas pequeño ya que la mayor parte de los pasajeros terminaron su viaje allí. Solo setenta personas además de Najib, Andro, Pablo y Max seguirían con rumbo a Toronto.
     No hubo tiempo para conocer Ottawa ya que partieron a los diez minutos de desembarcar pero se llevaron el bello recuerdo de un firmamento bañado de estrellas que presagiaban buenos augurios. Andro se dejó guiar de la mano de Najib por todo el pasillo del aeropuerto sintiendo ya la libertad que se vivía en el país de la bandera de la hoja de Arce.
•¿Estas feliz habib? - Le preguntó Najib antes de subir al avión.
•Como nunca antes y como espero serlo siempre de ahora en adelante, mi vida. Estuviste muy callado durante el vuelo ¿Te sucede algo?
•Nada - Quiso mentirle pero al ver la incredulidad en el rostro de Andro decidió hablar con la verdad - Es por mi padre. No se como va a tomar esto. Mejor dicho si se como lo va a tomar. Se va a morir del disgusto.
Andro le apretó la mano más fuerte.
•Mi amor, enfrentarse a los padres nunca es fácil pero si ellos nos aman tarde o temprano tendrán que entender y si no lo hacen ellos vivirán con su rencor por que nosotros no dejaremos de amarlos y respetarlos.
•Yo siempre amaré a mi padre aunque no me acepte. Lo respeto mucho - Dijo Najib con tono de pesadumbre.
•Y él también debe amarte mucho. A pesar de que no lo conozco creo que debe tratarse de una persona ejemplar si pudo criar a un hombre como tu.
      Najib lo abrazó por la cintura y subieron juntos las escalinatas de abordaje seguidos de unos curiosos Pablo y Max que seguían a la pareja con mucho interés.
    Justo cuando despuntaba el alba los cuatro chilenos respiraron la brisa fresca de la madrugada de Toronto, por fin el largo camino había llegado a su fin y ahora apenas llegaran al hotel y desempacaran se dirigirían al ayuntamiento donde expondrían su deseo y con suerte para la hora nona del día siguiente,serían esposos para siempre.
      El taxi los dejó en el hotel, donde después de registrarse, fueron saludados por la mujer que había estado a cargo de organizar la boda. Se presentó hablando un perfecto español aclarándoles que había sido designada para su entera disposición , debido a su origen latino y para que la barrera idiomática no entorpeciera el acontecimiento para el cual habían hecho tan largo viaje. Camino a las habitaciones, la chica cuyo nombre era Verónica Salcedo, fue hablándoles de todo lo que tenía organizado hasta ahora. Najib le entregó la carpeta con todos los documentos necesarios, ya que la chica aseguró que el trámite de la licencia, iba incluído en el paquete. Prometió que no los decepcionaría y que sería una boda digna de recordar.
     Cuando la joven se retiró, los jóvenes procedieron a acomodarse en sus respectivas habitaciones. Andro cayó rendido sobre la cama e inmediatamente se durmió mientras que su pareja entraba al baño a ducharse.
     En otra habitación, Pablo procedía realizar una llamada internacional a Chile... Ricardo le había dado instrucciones de reportarse una vez que estuvieran instalados y desde ahí, le exigió llamadas con intervalos de tres horas, sin importar que fuera de día o de noche. Zalaquet como buen sumiso... Gidi, a través del teléfono, ordenó a su pareja que se desvistiera y procediera a tocarse bajo la ordenes que su voz le imponía... Pablo llegó a un orgasmo satisfactorio y sonrió cuando sintió que el amor de su vida conseguía el suyo a pesar de estar a miles de kilómetros de distancia. Después de un te amo que ambos se dijeron mutuamente, se despidieron hasta que Pablo, levantara el auricular en tres horas más.
     Max por otra parte, llamó a sus padres y a Zahra, prometiendo a esta última que se cuidaría y no haría de las suyas por ahi. Su novia confiaba en él ya hasta el momento no había habido ningún indicio de que Max no amara a la hermana menor de su mejor amigo. Prometiendo que le llevaría algo hermoso de regalo, se despidió después de recordarle que lucharía contra lo que sea, con tal de convertirla en su esposa.

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       Cinco horas más tarde Najib abría uno de los compartimentos de su maleta donde, a escondidas de Andro, había ocultado el keffiyeh y el agal con el que había decidido casarse. La tela de cuadros marrones y blancos, los colores libaneses, salió a la superficie iluminando el rostro del moreno con una sonrisa... aquella sería una sorpresa para su novio. Se acercó al espejo y acomodó el pañuelo sobre su cabeza y deslizó el agal para sostenerlo... el cristal reflejó la imagen de un apuesto hombre árabe... volvió a sonreír y se preguntó que estaría haciendo Andro en ese momento.
       Pablo observaba con aprobación a su amigo... se encontraban en una de las boutiques del hotel donde se estaban hospedando comprando el que sería el traje con el que se casaría Andro.
•¿Crees que apruebe que me case vestido así? - preguntó el croata al chico que lo observaba divertido.
•¿Acaso lo dudas? Mírate Andro, te ves hermoso... Najib necesitará un babero para no mojarse la ropa de tanta baba que se le va a escapar por la boca... ups, me salió verso sin mayor esfuerzo - agregó divertido sacando a relucir lo que ocultaba ante quienes no conocía... su tendencia al melodrama y su amaneramiento.
•¿Tu crees? - insistió Andro, liberándose de las trancas que le imponía la sociedad chilena sin querer y posando como diva. - pienso que es mucho - el rubio volvió a mirarse al espejo, que le devolvió la imagen de un joven rubio de ojos celeste azulados, vestido con un smoking blanco, con pajarilla y fajilla de color rosa tipo Barbie.
•Verás que quedará fascinado y tendrá que obligarse a no desnudarte y follarte delante de todos - aseguró Pablo.
El croata se ruborizó...
•El no haría algo como eso Pablo, no le gusta que nadie me mire y creo que si pudiera me obligaría a cubrirme hasta la cabeza, como las mujeres de su religión... para nos - dijo en tono confidencial - ayer me dió de nalgadas por atreverme a mostrar algo de mi piel mientras volvíamos a casa, después de haber ido a despedir a mi suegra...
     Andro interrumpió su diálogo al ver que un tipo que había entrado a la boutique, se había quedado mirándolo y luego se dirigía directamente a donde ellos estaban. El croata intimidado, ingresó rápidamente al vestidor, para evitar ser abordado... Mientras se vestía, escuchaba como Pablo intercambiaba palabras con el tipo en un idioma que a él le pareció alemán.
•¿Que te dice? - preguntó curioso desde dentro.
•Cree que somos hermanos y se disculpa por haber sido impertinente.
•Ahhh
•Le dije que somos amigos y que te vas a casar con un árabe celoso que sería capaz de amarrarle un chaleco bomba para destrozarlo.
Andro rió divertido, pero al escuchar que Pablo y el tipo seguían dialogando volvió a preguntar...
•¿Y ahora qué?
•Me pregunta si estoy disponible... le dije que ya estoy casado y que no tengo ojos para nadie más que para mi Dom... ahora se va, así que puedes salir de tu escondite jejej. ¡Vaya que eres tímido!
•¡No!, no soy tímido... es solo que no me siento bien cuando otros me miran... siento que le fallo a Najib cuando...
•No me expliques, te entiendo perfectamente... yo me siento igual con respecto a Ricardo... ¿estás listo?
•Si, creo...
•Entonces a pagar y luego buscaremos a los chicos para ir a comer algo...

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     Se tomó un tiempo frente al espejo. Le era difícil calmar sus nervios. En unos minutos su vida cambiaría para siempre y no acababa de digerirlo del todo. Se arregló la pajarita rosa por octava vez y apretó los labios, el rubor se adueñó de su rostro, al pensar en él y su esposo. Se iba a casar con el amor de su vida, frente a sus amigos, con juez, argollas y todo; y aún no se la podía creer.
     Después de darse una última y concienzuda mirada, respiró profundo y salió de la habitación. El roce de su ropa le causó cosquillas y tuvo que afirmarse del pasamanos para bajar los peldaños sin rodar escaleras abajo.
     El aroma de las flores le acarició la nariz y tuvo ganas de correr para ver como su futuro esposo había dispuesto todo, pero se lo había prometido, nada de travesuras.
    Sus testigos lo esperaban en el descanso de la escalinata y le sonrieron cuando llegó a su lado. Lo abrazaron y uno de ellos le entregó un sobre, mientras el otro le ponía un botón de rosa en el ojal. La rosa roja destelló sobre la tela blanca y se sintió en paz. Ahora sólo tenía que disfrutar el mejor momento de su vida.
     Salieron al jardín y la barbilla por poco se le cae. El amor de su vida, una vez más se había lucido. La chica que organizó la boda había armado un pasillo de pétalos de flores que serpenteaba entre el césped hasta culminar en el altar. Arcos de flores, pequeños arreglos de flores, macetas cargadas de aromas y una carretilla llena de gavillas de trigo adornaban los alrededores. Todo perfecto, todo bello, todo simbólico.
      Los ojos se le aguaron cuando vio a su futuro esposo aparecer desde atrás de un árbol vestido a la usanza árabe y pararse frente al altar. La música, su música, llenó el ambiente y su final de cuentos de hadas empezó.
     Sonrió emocionado, avanzó por el pasillo de pétalos de flores al compás de la canción que Najib había elegido para ese momento... los primera estrofa de A ti de Sin bandera comenzó a ser cantada por esa suave voz varonil y cuando llegó al altar, ya las lágrimas corrían por sus mejillas.
    Su pareja lo besó en los labios y le limpió los ríos de emoción que lo hacían ver más bello y frágil que nunca.
    El juez dio comienzo a la ceremonia con toda la diplomacia que se le podía pedir a un canadiense de sesenta y tantos; pero el tipo se esforzó, la ocasión lo ameritaba.
    Cuando llegaron a la parte de los anillos, era el momento de sorprender a su esposo. Había diseñado dos preciosas argollas con incrustaciones de oro azul y el grabado de los nombres, incluía las primeras palabras de un poema que había creado para su amor... Cuando Najib deslizó el anillo por su dedo anular pronunció el tradicional voto de matrimonio en árabe...
zao waitokah nafsi (me entrego a tí en matrimonio) wa ana qabeltu zawajek, alas sadaq al massmah bai nanah (y yo te acepto en matrimonio y en los términos que hemos acordado)...Esta última frase traducida por Najib le recordó a Andro que además de prometer amor, se consolidaban como una pareja donde el árabe era el que tomaba las decisiones y Andro las acataba sumisamente.
     El beso que selló su boda, fue el más dulce que brindó y que recibió. Luego, tomados de la mano, salieron por el pasillo de pétalos de flores, a vivir su nueva vida.

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     La cena de bodas se llevó a cabo en uno de los comedores del hotel, donde les habían reservado una mesa para cuatro y el menú fue digno un rey. Luego de cenar, acordaron salir por ahi, vestidos como estaban para que todo el mundo supiera que estaban celebrando su unión. Najib subió un momento a la suite parea guardar el documento que los identificaba como esposos legales ante la ley canadiense y sacó los pasaportes, para evitar cualquier percance.
    Asistieron a uno de los clubes gays más exclusivos de Toronto, donde bailaron hasta el amanecer... luego, regresaron al hotel ya que al día siguiente, tenían organizados por la señorita Salcedo, una excursión a las cataratas del Niagara. Los dos estaban tan cansados, que cayeron dormidos sobre la cama y sin siquiera sacarse la ropa.
    Horas después, fueron despertados por el sonido del intercomunicador... era la organizadora avisando que el transporte que los llevaría a las cataratas, saldría dentro de una hora... ambos se metieron a la ducha y se asearon mutuamente sin poder evitar darse placer hasta explotar en orgasmos simultáneos.
    Max y Pablo llegaron a la suite, donde desayunaron juntos y después bajaron para abordar el transporte hacia el destino que tenían previsto.
     No se olvidaron de llevar los impermeables para evitar mojarse con las gotas que salpicaba la gran cascada. Se fotografiaron ante la belleza del monumento natural y luego de horas de paseo, de un refrigerio abundante, volvieron a Toronto a descansar.
     La semana que tenían prevista para su estadía en el país del norte llegó a su fin y los cuatro jóvenes se encontraban una vez más dentro de un aeropuerto esperando impacientemente por el vuelo que los llevaría de vuelta a su país. Andro había agregado dos maletas adicionales a su equipaje, ya que como le había prometido su esposo, dedicó la mayor parte del tiempo a comprar todo aquello que se le antojó bonito. Najib le consintió todos sus caprichos, especialmente aquel que le sorprendió... látigos y esposas para futuros juegos eróticos. Ambos habían quedado de acuerdo en explorar aquella naturaleza que habían descubierto... aceptar que su relación fuera D/s fue el primer paso para tomar la decisión.
     Muchas horas después llegaron a suelo chileno... ahora solo les quedaba esperar superar la única barrera que les impedía acceder a la completa felicidad... Enfrentar a Yamil Al Hashem, el progenitor de Najib.

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     Nadia se había enterado por su madre que su hermano Pablo había viajado a Canadá para estar presente en la boda de Najib. Aquella noticia hizo que sus motivos para lastimar al puto que le había quitado al amor de su vida fueran más fuertes. Quería ver destrozada aquella carita de ángel... había pensado que los hombres que había contratado abusaran de él, pero eso ya no era opción... ellos ya estaban casados y ya no había nada que hiciera para que Najib lo dejara... pero el que le golpearan duramente, haría que su rabia se disipara aunque sea un poco. Sus pensamientos recayeron en Pablo y en lo que ella consideraba traición... El no debía haberla abandonado, ella era su hermana. Pero como el muy tonto se había enamorado, sus prioridades fueron otras... y por ello pagaría. Su psiquis quedaría tan dañada, que el mismo buscaría la muerte.