Najib Al Hashem, un joven musulmán que en su último año de universidad conoce a Andro , un chico que le hará a conocer el amor más allá de las tradiciones y creencias con las que creció. Les invito a vivir una historia cuyo punto principal es la lucha de estos dos jovenes adultos por alcanzar la felicidad que según ellos está escrita para ellos

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sábado, noviembre 21

Capitulo 1: El Comienzo De Todo, El Principio Del Fin

Bismi Llahi Ra ‘hmani Ra ‘him (En el Nombre de Dios el Compasivo, el Misericordiosísimo...)
al ‘hamdu li Llahi Rabbil ‘alamin (Alabado Sea Dios, Señor del universo,)
Arra ‘hmani Arra ‘him (El Compasivo, El Misericordiosísimo)
Maliki laumi Ddin (Dueño del Día del Juicio.)
Iiaca na ‘bududu ua Iiaca nasta ‘in (A Ti solo servimos y a Ti solo imploramos ayuda.)
ihdina ‘ss iratal mustaqim (Dirígenos por la vía recta.)
ssiratal alladzina an ‘amta ‘alaihim (la vía de los que Tú has agraciado,)
gairil mag ‘ddubi ‘alaihim uala ‘ddalin. (no de los que han incurrido en la ira, ni de los extraviados.)
AMIN (AMÉN.)

                                                               *~*~*~*~*~*~*

Najib realizó la primera oración del día con gran devoción. Sus padres, inmigrantes musulmanes de origen árabe lo educaron a él y sus hermanos bajo las tradiciones del Islam.
Era su último año de universidad, ya era abogado y estaba terminando el magister, luego volvería a casa para seguir los planes que su padre tenía para él. Se casaría con una chica musulmana de origen pakistaní que provenía de una buena familia de comerciantes en Iquique (Chile). Sonrió al acordarse de esa chiquilla que aspiraba a ser su esposa, una niña aún, a sus veinticinco años el pensar en una chica de diecisiete lo hacía sentir un viejo verde.
Subió a su BMW cabrio serie seis de color plateado, un capricho que su padre le compró en las vacaciones que hace poco habían terminado; un premio según EL por haber aprobado el año académico sin haber dejado ninguna materia atrás.
Se dirigió al campus de la universidad y se estacionó esperando que sus compañeros ya hubieran llegado.

–Assalamu alaikum wa rahmatullah wa barakatuh (Que la paz, la misericordia y las bendiciones de Allah estén contigo) –saludó Najib a sus dos inseparables amigos

–Déjate de tonterías, aquí no estás en la Mezquita, amigo mío, con un “Hola ¿Cómo estás?” Me conformo –respondió su amigo Max

–Disculpa, es la costumbre, no puedes pedirme después de años de conocernos que cambie –alegó Najib – ¿Dime porqué tanto alboroto? En la entrada había una aglomeración, me fue difícil llegar hasta acá, tuve que dar un rodeo para conseguir pasar.

–Lo mismo de siempre, la “Semana mechona” ¿viste las novatas que hay este año? Uuyyy, cada día están más buenas, presiento que este año va a ser muuuuyyyy movido –agregó Ricardo, el otro amigo.

–Dime Najib ¿cómo estuvo Iquique en el verano? – preguntó Max

–Espectacular, cada vez que voy me cuesta más regresar, lo que más siento es que este año mi libertad se acaba, me caso...

–¡¡¡ ¿Que...?!!! –Dijeron ambos amigos–, ¿y cuando caíste en las redes del amor? ¿Vas a dejar a todas estas damiselas suspirando por su jeque?

–Es un compromiso arreglado por mis padres. Es la tradición, soy el hijo mayor y debo obedecer y dar el ejemplo a mis hermanos menores –respondió tristemente Najib–, pero olvidémonos de esto, falta mucho todavía para eso así que este año lo disfruto a concho...

–Así se habla amigo, las responsabilidades déjalas para tu hogar, disfruta lo que tienes en este instante, el viernes en la noche hay una fiesta con los novatos de la carrera, en una de esas encuentras a una chica que te acompañe el resto del tiempo que te queda de soltería ja, ja, ja, ja...

Inshallah (quiera Dios) –respondió Najib.

La semana pasó rápidamente entre las primeras clases con los distintos profesores, así llegó el viernes, día de descanso en el mundo Islámico, día de Mezquita, Najib asistió como dicta la tradición y luego se dirigió a la fiesta.
Max lo esperaba en la entrada.

– ¿Cuántos camellos tuvo que vender tu papá para regalarte esa joyita? –le preguntó Max sólo para fastidiarlo.

–Deja de molestar y entremos mejor, mira que en todo el verano no pude tomar ni siquiera una maldita cerveza –respondió Najib.

Una vez dentro recorrió el lugar buscando algo de compañía cuando se topó con unos ojos azul cielo que lo miraban con admiración.
Recorrió el rostro y se dio cuenta que eran los ojos de un chico de unos veintidós años, de rasgos nórdicos, la conexión se rompió cuando Ricardo se acercó a él y le dijo: –Hey, Najib, éste es mi amigo Andro, acaba de llegar de Puerto Natales,el muy fresco siempre llega una semana tarde jajaj… lo invité a la fiesta para que no se quedara sólo en la pensión.
El chico se acercó a él y le tendió su mano, el la recibió y sintió una corriente eléctrica recorriendo su brazo mientras decía...

–Yo soy Najib, Najib Al Hashem –saludó.

–Soy Andro Mihovilovic ¿Cómo estás? -respondió el joven

El moreno meditó la respuesta antes de volver a hablar.

–Estoy bien, Alhamulillah (gracias a Allah), gracias, ¿Qué haces tan lejos de tu tierra? –preguntó Najib, sin poder despegar los ojos del chico, (había visto hombres guapos pero el que tenía enfrente los superaba).

–Y tú que haces lejos de tu oasis –contraatacó Andro.

–Me quedé sin concubinas, así que tuve que venir a Santiago en busca de alguna voluntaria.

–Wow...- respondió Andro –, ¿cuantas tenías...?

–No le hagas caso –le dijo Max -, con el papá que tiene, al turco apenas le alcanza para una y además se la eligen ja, ja, ja, ja...

–Deja de molestar –dijo el árabe –, mira que entre ustedes también se casan así – agregó sabiendo que a Max le molestaba que le recordaran el futuro que le esperaba al ser el primogénito de una familia judía.

Andro al saber que el joven árabe estaba prometido se sintió vacío, cuando sus ojos se encontraron sintió una conexión, se imaginó con el moreno caminando de la mano, abrazados, imaginó que hacía todas las cosas que jamás podría hacer en su ciudad, ya que sus padres eran conocidos y lo enviaron a estudiar a Santiago cuando se enteraron de la homosexualidad de su hijo para evitar habladurías.
Najib observaba al chico rubio con admiración poco disimulada, Andro era como estar mirando un ángel de esos que había visto en las iglesias católicas.

– ¿Quieres tomar algo más fuerte? –le preguntó Andro–, la cerveza es muy suave para mí

–No gracias, esto es lo más fuerte que bebo e incluso no debiera estar bebiendo, soy Musulmán y estoy cometiendo una falta al beber

–Wow, nunca me imaginé que los Musulmanes eran tan guapos –le dijo el rubio–, tenía pensado que todos eran como Bin Laden

–Ja, ja, ja, ja, ja, ja –rió a carcajadas Najib –, confunde, pero no ofendas– en ese momento alguien lo empujó y fue a dar de frente al rubio quien lo sujetó y sus rostros quedaron separados por casi nada, el árabe sintió el aliento del rubio en sus labios y lucho con todo su ser por no robarle un beso, se separó de él como si algo le hubiera quemado y se disculpó dirigiéndose a fuera del recinto sin poder creer en los pensamientos que había tenido con el chico.

Encendió un cigarrillo y meditó sobre los pensamientos que había tenido antes en un lapsus, vino a su memoria algo que había dicho el Imam de la Mezquita a la que asistía...

“El Islam prohíbe las practicas homosexuales, pero no busca perseguir a aquellos con tales inclinaciones sino que recomienda a quienes sientan este tipo de deseo lo tomen como una enfermedad y un desvío, y busquen la ayuda de un guía espiritual o de un profesional, para poder así controlar y curar dichas inclinaciones”.
"Me siento normal, no enfermo",se decía Najib "¿Qué me pasó con ese chico? La sensación que tuve con él ha sido lo más intenso que he sentido en toda mi vida, por Allah ¿Qué me está pasando?"

– ¿Que pasó Najib, porqué te fuiste? –sintió la voz de Andro detrás de él.

–Salí a fumar un cigarro, y tú… ¿Por qué me seguiste...? –

 – ¿Sentiste lo que sentí yo? -preguntó el rubio entrecerrando los ojos para ver las reacciones que tendría al hombre que le robaba el sueño desde hace mucho tiempo atrás

– ¿Qué? –se cohibió Najib, nunca había sido tímido, su éxito con las chicas era legendario de la universidad

–La sensación de haber llegado a casa cuando te dí la mano, es como si hubiera esperado toda la vida por ese momento.

– ¿De qué estás hablando? –preguntó el árabe

–De esto –dijo el rubio y se acercó, depositando un beso suave, rozando con su lengua el labio inferior, pidiendo autorización del moreno para entrar, Najib se dejó llevar y permitió la entrada. El beso se volvió demandante, una lucha de lenguas, la realidad golpeó al moreno y bruscamente se separó del rubio sin poder creer lo que había hecho, su rostro tenía una expresión de repugnancia ya que sentía asco hacia sí mismo por haberse dejado llevar por las circunstancias… retrocedió hasta llegar al BMW, se subió, encendió el motor y dejó al joven croata observando como él huía del lugar, con el corazón y la mente en conflicto.

3 comentarios:

  1. Holaaa...
    Bueno tal vez no me recuerdes soy angeldus (amor-yaoi). Me encanta tu historia...
    Y no me canso de leerla.

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  2. hola guapa, primero que nada te doy las gracias por el comentario que dejaste en ff.net. Ahora me toca a mi leerte y te aseguro que me lo leeré completo. Me lo bajaré completo en un archivo de word para leermelo de corrido y cuando termine te dejaré un comentario en el último capítulo que tengas. Por lo que veo me va a encantar.

    Un beso fuerte para ti.

    Atte: TommyHiragizawa.

    Por cierto, pásate por mi blog si quieres.

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  3. wow se ve muy bien esta hsitoria también !!!!

    el primer capi esta muy interesante aunque Najib se ve un poco "estirado".

    Me averguenza decir que desconozco por completo todo lo relacionado con el Islam , supongo que reacciana así por sus creencias ... a ver como sigue la historia

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