Capítulo 32: Sorpresas

         

"Quien tiene algo porqué vivir, es capaz de soportar cualquier cómo"



                                   Friedrich Nietzsche


La cena se desarrolló con normalidad a pesar de los acontecimientos acaecidos, todos conversaban en voz baja; algunos comentando los hechos recién vividos y otros sobre el futuro que les esperaba a la joven pareja que había contraído matrimonio.
Fairouz miraba de vez en cuando al mayor de sus hijos; quien, tenía el rostro bajo una impenetrable máscara de dureza... eso le preocupó y se levantó de su lugar para acercarse a él.
Najib se percató de esto y trató de componer su rostro para no hacerle saber el conflicto que bullía en su interior...
- Taa´la maei (ven conmigo) - sugirió Fairouz a su hijo tomándolo de la mano, haciendo que éste se levantara del lugar que ocupaba para salir del comedor y se dirigieron hacia la terraza en busca de privacidad.
- ¿algún problema umma? - preguntó el joven
- Eso es lo que yo quiero saber hijo... desde que se fue el imám has estado un poco ausente...
- No es que esté ausente mamá, estoy preocupado por Andro...
- Entiendo hijo...
- No mamá, no entiendes... - el moreno pasó una de sus manos por su pelo peinándolo hacia atrás... aquel era un gesto que siempre hacia cuando se sentía intranquilo - ¿sabes?... - continuó - Andro está allí, en ese comedor haciendo el mayor esfuerzo de su vida para mantenerse sentado en esa silla y todo por complacerme y también por no desairar a mi hermano...
- Ah, entonces es eso lo que te preocupa... el estado de ánimo de tu esposo...
- Sí madre, eso es lo que me preocupa, porque si él no es feliz yo tampoco lo soy - explicó
- ¿Y que esperas entonces para salir de aquí con él para darle consuelo? - preguntó la mujer con tono de reproche y al ver que Najib iba a replicar... - no pongas como excusa la boda de tu hermano... ahora tu esposo es tu prioridad hijo y Farid entenderá...
En ese momento el mayordomo de la familia Mihovilovic se acercó a ellos portando en sus manos una carpeta y respetuosamente le habló a la madre de Najib...
- Señora... el hombre que se retiró temprano envió esto para que le fuera entregado a los novios - después de que Fairouz recibió el encargo, el hombre se retiró.
La mujer abrió la carpeta con curiosidad para ver qué contenía...
- Es el certificado de matrimonio religioso que Farid debe presentar en el registro civil para legalizar la unión - explicó la mujer - ahora ve a buscar a tu esposo y no te preocupes, yo hablaré con tu hermano.
- Gracias mamá, te quiero mucho, lo sabes ¿cierto?...
- Claro que lo sé... ya, ahora vete... llévalo a bailar por ahí, para que olvidé el mal sabor de boca que le dejó todo este asunto
- Mamá... ¿mi papá ya fijó fecha de regreso?
- Regresará dentro de dos semanas aproximádamente hijo... así que aprovéchalas al máximo
- Gracias mamá, tendré en cuenta tu consejo - agradeció el moreno y tomando del codo a la mujer la guió de vuelta al comedor.
Andro lo miró y él le sonrió mientras se acercaba a Ricardo para informarle que se retiraba e invitarlo a irse juntos, todo esto bajo la atenta mirada de Farid, quien, frunció el ceño tratando de dilucidar lo que se traería entre manos su hermano y fue su madre quien le aclaró todo...
- Andro todavía está afectado por todo lo que pasó y le pedí a tu hermano que lo llevara a distraerse...
- ¡Pero mamá!
- Nada de pero Farid... tu hermano necesita de tu comprensión... Sé que hoy es el día más importante de tu vida y que quieres que tu hermano esté a tu lado, pero - miró su reloj - ya pronto todos se retirarán ya que es un poco tarde y creo que es justo para tu cuñado - asevero la mujer.

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- No quiero ir a bailar Najib, solo quiero llegar a casa, darme una buena ducha y acostarme ¡¿es que no lo entiendes?!... - decía un Andro malhumorado - si tú quieres ve con Ricardo y Pablo a bailar, yo no estoy de humor para eso en este momento.
- Haremos lo que tu quieras amor - cedió el árabe - nos quedaremos en casa - agregó besándole la frente dulcemente.
- Nosotros también nos iremos a descansar o no podremos levantarnos temprano... - habló Gidi - Pablo y yo visitaremos a mis padres mañana - explicó y su novio se abrazó a él ruborizado.
- Que tengan buen viaje entonces y dale mis saludos a tu familia - dijo Najib tomando la mano de Andro para guiarlo hacia el automóvil mientras la otra pareja se dirigía al suyo.
Una vez en el departamento, el rubio se fue a la cama después de una larga ducha, mientras, Najib revisaba su correo electrónico. No le sorprendió ver que uno de ellos era de su progenitor... lo abrió... y confirmó la información que le había dado su madre sobre el próximo arribo de su padre.
Tenía dos semanas para solucionar el detalle que había pasado por alto y que si no fuera por el matrimonio de su hermano no habría notado... El y Andro no tenían un certificado que constatara que realmente estaban casados y para él era necesario tenerlo ya que su padre exigiría una prueba fehaciente de su unión con el joven croata. Su mente comenzó a trabajar rápidamente calculando y decidió hacer un corto viaje a Canadá. Miró la hora... ya era medianoche y pensó que valía la pena arriesgarse y conseguir reservación para el primer vuelo. Pero luego recordó la presencia de su madre en la ciudad y la cual duraría hasta el día domingo... cerró los ojos para auto imponerse un poco de paciencia... el otro inconveniente que le vino inmediatamente a su memoria, era la pasantia de Andro, pero luego se dijo que un simple conversación con Francisco solucionaría aquel obstáculo. Levantó la mirada y a través del espejo observó al hombre que dormía en la cama e imaginó la reacción que tendría cuando le diera a conocer sus intenciones... suspiró y luego se levantó para quitarse la ropa... tomó una ducha y luego se acostó atrayendo lo que él consideraba el frágil cuerpo de Andro hacia el suyo para abrazarlo... el rubio abrió los ojos por un instante, sonrió y volvió a cerrarlos acomodando su cabeza sobre el pecho de Najib y siguió durmiendo.

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- Si no te apresuras te dejo acá - bromeó Ricardo al ver que su pareja demoraba tanto en arreglarse.
- Ten paciencia amor, quiero estar perfecto para causar una buena impresión a tus padres - confesó Pablo mientras acomodaba los flequillos de su cabello al contorno de su rostro y Ricardo reconoció que el rubio era en realidad hermoso.
- Así te ves perfecto... - confesó el ojiverde abrazándolo desde atrás conectando su mirada con la del rubio a través del espejo - además... - agregó depositando un breve beso en la nuca de su pareja - aunque la mona se vista de seda, mona se queda - bromeó ganándose un pequeño codazo por su atrevimiento.
- Pero tienes que reconocer que esta mona te trae loco - no pudo evitar decir el rubio - mientras arqueaba su cuello al sentir el placer recorrer su espina dorsal
- Mmm - reconozco que esta monita es deliciosa - ronroneó Ricardo - pero lamentablemente tenemos un viaje de 4 horas y pretendo que lleguemos antes de la hora de almuerzo ¿entiendes?
- Entonces deja en paz mi hermoso cuello y vamos andando - opinó el rubio mientras escapaba de los brazos del castaño.
Después de casi cuatro de viaje, en el cual, Pablo durmió la mayor parte del tiempo, ingresaron a la ciudad. El rubio se maravilló de ver las montañas que en esa época del año se presentaban nevadas y el aroma del aire tan diferente al smog que se respiraba día a día en la capital. En un abrir y cerrar de ojos se encontraban frente a la verja eléctrica de la casa de los padres de Ricardo, la cual se abrió después que Ricardo anunció su presencia a través del citófono.
Cuando descendieron del auto un perro labrador se abalanzó sobre Ricardo dándole la bienvenida al hogar entre ladridos, lengüetazos y movidas de cola.
- Este es Aquiles tercero, la mascota y el regalón de la casa - confesó el ojiverde un poco avergonzado y tomando la mano de Pablo entró con el al amplio salón de la vivienda paterna.
Se llevaron la sorpresa de ver a toda la familia reunida e incluso tíos y primos que hacia tiempo Ricardo no veía, se encontraban en el lugar.
La primera en levantarse fue Maria Pía, que sin poder disimular su asombro, no pudo evitar dar su opinión.
- ¡Por Dios Ricardo! Cuando me confesaste que tu novio era guapo, no me dijiste que era un adonis. - la mujer abrazó al rubio y agregó - bienvenido a la familia Pablo.
- Gracias señora María... - respondió Zalaquet ruborizado al verse expuesto ante las miradas apreciativas de toda la familia.
- Dime solamente María, conmigo no necesitas ser formal querido...
- Ya suéltalo de una vez mujer - resongó su esposo - que todos estamos ansiosos de conocerlo... Soy Nicolás Gidi - añadió extendiendo la mano, la cual fue recibida por el rubio - Bienvenido a mi familia.
Zalaquet se sentía fascinado ante la calurosa bienvenida que estaba recibiendo y miró amorosamente a su novio porque gracias a él ahora se sentía parte de una verdadera familia. Sus pensamientos fueron interrumpidos por el saludo del hermano de Ricardo...
- Es bueno volver a verte Pablo, ¿me recuerdas? Soy Fernando, el hermano de Ricardo, creo que ha pasado mucho tiempo desde la última vez que nos vimos...
- Por supuesto que te recuerdo, pero lamentablemente nunca habiamos cruzado palabra, lo siento muchísimo...
- No te preocupes, no tienes la culpa de eso... además, ahora eres la pareja de mi único hermano y estaría fuera de lugar que me preocupara por cosas que pasaron hace mucho tiempo ¿No crees?
- Tienes razón, el pasado ya no importa, ahora mi presente es Ricardo y espero que mi futuro también - añadió el rubio mirando a su novio con amor...
El día en la casa familiar de Ricardo pasó sin contratiempos. La mayoria de sus familiares congenió con Pablo. Todos los felicitaron cuando el joven Gidi anunció que la relación que tenía con el rubio se había formalizado. El Champagne corrió entre los presentes durante las primeras horas de la noche la cual culminó con un Ricardo sumergido en la fuente del jardín; la cual, presentaba escarcha en la superficie lo que le valió al castaño un pequeño resfriado.

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- ¡¿Qué quieres qué?! - Andro no daba crédito a lo que sus oídos escuchaban
- Podemos partir el día martes en el primer vuelo a Otawa y luego seguir hasta Toronto, nos casamos y nos quedamos un par de días...
- Pero...
- No digas nada, sé que un par de días es demasiado poco para una luna de miel, pero te prometo habib, que a fin de año te llevo a cualquier lugar del mundo al que quieras ir... - Najib estaba nervioso, temía que Andro no quisiera apoyarlo en esa locura. Además sabía que una boda apresurada al estilo Gretna Green no era lo suficiente para su novio... - Sé que te mereces algo más sofisticado que lo que te estoy proponiendo, pero la realidad es que necesitamos un certificado de matrimonio para mostrarle a mi papá ¿Me apoyas hobbi? ¿Irás conmigo a Canadá y te casarás conmigo?
Los celestes ojos de Andro se volvieron acuosos, sonrió y rodeó el cuello del árabe con sus brazos...
- Por supuesto que me casaré contigo, además un par de días en Toronto no me vendrían nada de mal... - comenzó a depositar besos de mariposa en los labios del moreno y su cintura fue rodeada por los fuertes brazos de su pareja - y sobre la compensación que me ofreces... ¿Crees que el Carnaval de Venecia esté preparado para recibirnos?
Najib sonrió y alzó al rubio en brozos dando vueltas en medio de la sala de estar dando gritos de júbilo.
- ¿Me perdí de algo? - Zahra al sentir el bullicio, salió de su dormitorio y preguntó intrigada
- Sí, pero te informaré enseguida - respondió el joven árabe - Este domingo Andro y yo nos vamos a Canadá para casarnos...
- ¡Mashallah! ¡Mabruk! (felicidades) Estoy tan feliz por ustedes, esta noticia ha alegrado mi mañana ...
En ese instante sonó el timbre y ella se dirijió a abrir la puerta sin antes ver por la mirilla...
- Assalamu Alaykum - saludó Ibrahim Duk Yarur a una impactada Zahra que solamente atinó a mirar hacia a tras donde su hermano aún abrazaba a Andro - Salam para ti también Najib... espero que no te moleste el hecho de que haya venido sin antes haberte avisado...

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